FOTO CERÁMICA
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Nombre utilizado para denominar al proceso fotográfico aplicado a la cerámica. Las primeras pruebas foto cerámicas fueron en realizadas en Francia por Lafon de Camarsac (1821-1905) y datan de 1851. La novedad fue la inclusión en la capa sensible de colores cerámicos que formaban una imagen vitrificada permanente. El procedimiento fue comercializado para joyería, relojería y retratos reemplazando a la “pintura sobre esmalte”, que eran de muy compleja realización por su minuciosidad y pequeño tamaño. Por esta época también comenzó el uso funerario de la foto cerámica por su perdurabilidad en el tiempo y la intemperie. Mathieu Deroche, Lafon de Camarsac y Guyot , han sido los foto ceramistas más destacados de la época, capaces de crear retratos fotográficos sobre esmalte con dimensión artística, debido a sus antecedentes como retratistas en miniatura sobre esmalte.
De esta época datan los dos métodos más antiguos y tradicionales de Foto cerámica:
1) El proceso de goma bicromatada directa: este procedimiento se aplica directamente sobre la cerámica bizcochada o esmaltada. Se prepara una emulsión fotosensible con 2 partes de bicromato de amonio o potasio, 2 partes de coloide (goma arábiga, o alcohol de polivinilo, huevo, o gelatina, o azúcar) 1 parte de agua destilada, 1 parte de colorante cerámico (pigmentos u óxidos) 1 parte de fundente. Una vez emulsionada la superficie cerámica se expone a la luz UV (sol o lámpara) con una película en negativo por contacto directo con dicha superficie. La insolación es aproximadamente entre 15 a 20 minutos, dependiendo de la potencia de la luz o de la época del año y del sol. Luego la imagen se revela con agua lavando las partes de la emulsión que no fueron insolubilizadas por la luz, por lo tanto aparece la imagen en positivo dado que sus partes permanecen fijas e insolubles donde actuó la luz.
2 El proceso tradicional de goma bicromatada indirecta: este procedimiento se realiza sobre un vidrio y luego es transportado a la superficie cerámica por eso se llama indirecto. Se prepara una emulsión fotosensible con 2 partes de azúcar, 1 parte de goma arábiga, 1 parte de dextrina y 1 parte de bicromato de amonio o potasio. Los elementos se unen en polvo y luego se mezclan con 6 partes de agua destilada. Dicha emulsión se coloca sobre un vidrio, cuando está seca, se insola con una película en positivo por contacto. La insolación con luz UV (sol o lámpara) es de 2 a 3 minutos. La emulsión quedará pegajosa en las partes donde no pasó la luz y por el contrario, quedará fija y seca donde la luz actuó. Como se trabaja con una imagen en positivo, donde queda pegajosa (es donde se produce la imagen que está latente) se pasa el colorante cerámico en polvo con pincel o bien con el dedo cuidadosamente. Esta pegajosidad adherirá el colorante en polvo y aparecerá la imagen con todos sus tonos y medios tonos. Por último se pasa una capa de colodión y cuando este está seco, se despega del vidrio en agua y se transporta a la superficie cerámica.
Cabe aclarar dos cuestiones importantes:
• el bicromato o dicromato de amonio o potasio es muy tóxico y debe manipularse con mucho cuidado. No aspirar, no ingerir, no tocar. Usar guantes siempre.
• Estos dos procedimientos descriptos son solamente dos de los procesos antiguos más utilizados, pero existieron muchos otros métodos con bicromatos y con sales férricas.
Hacia 1960 Kodak fabricó un procedimiento de resinas fotosensibles llamado Cermifax que luego se comercializó durante varios años con distintos nombres como Decorem o Picceramic.
En los últimos años la tecnología digital propone un sistema de foto cerámica digital en formato de calcomanías vitrificables. Las imágenes desde el ordenador se envían a una impresora láser adaptada para colores cerámicos (tóner cerámico) y se imprimen sobre un papel de calcomanías para luego se aplicar a la cerámica esmaltada. Básicamente los colores cerámicos (mezclas de pigmentos y fundentes) son molidos y mezclados con una resina en caliente. Al enfriarse esta mezcla solidificada es pulverizada al tamaño adecuado de la partícula del tóner (aprox. 5-6 micrones). Se obtienen excelentes resultados, dado que la gama de colores es muy amplia y la calidad de superficie es muy buena. La cocción se realiza entre 850º y 900º C.
Autora – Graciela Olio.