Diccionario de cerámica

por Susan Mussi

MAYÓLICA: 2a – Historia

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Los árabes conquistaron España en 714 dC, pero los conocimientos técnicos sobre la decoración con cerámica no llegaron hasta tres siglos más tarde. Según parece comenzó a principios del siglo IX en Iraq, en las ciudades Basra y Chuff. En Samarra, una ciudad a ciento cincuenta kilómetros de Bagdad, durante aquel siglo, se comenzaron a producir grandes cantidades y su trabajo se exportaba al Oeste, hacia Alger y también al Este hacia Persia, donde se han encontrado restos de aquellos trabajos.

En 969 dC, los Fatimíes, cuya capital estaba cerca de Kairouan, actualmente Túnez, conquistaron Fustat que dominaron durante doscientos años reconstruyendo completamente la ciudad. Fustat es el nombre antiguo de El Cairo, Egipto, y se transformó en un cruce de caminos central para el mundo árabe. Tenía Persia y Arabia a un lado y el Mediterráneo y África al otro y el cuello del Nilo como puerto para todo el Mediterráneo y el resto de Europa, se transformó en una ciudad muy importante, que proporcionaba trabajo a constructores y artesanos, que hacían trabajos de alto nivel que exportaba a otros países. Se creé que es allí donde empezó la Mayólica, trasladándose luego a Europa, comenzando en Málaga, que era entonces el puerto principal de la España Islámica, cuya capital era Granada.
Debido a las guerras continuas después de la ocupación de los Fatimíes, durante los siglos X y XI, los artistas de Fustat se vieron obligados a marcharse para sobrevivir. El asedio de 1169 dC llevó a la destrucción de la ciudad y al colapso de la dinastía de los Fatimíes. Los artesanos perdieron a sus patrones y hacia el final del siglo XII aquella tradición había prácticamente desaparecido. Se creé que se trajo a Málaga desde Egipto, gracias a los asentamientos musulmanes en las islas mediterráneas, que eran la ruta habitual entre ambas ciudades. Mallorca era la isla de donde al parecer se creó el nombre.

Boabdil, el último rey árabe, tenía ocho años cuando se coronó como líder del mundo árabe en España. Esto fue el principio de los asentamientos árabes y de su declive económico, la industria cerámica de Málaga, que ya se había trasladado a Valencia, donde los primeros vestigios de la misma aparecieron en Manises. A finales del siglo XIV, se había convertido en una floreciente industria, que todavía usaba los métodos de fabricación árabes, así como sus escritos tradicionales y simbolismos decorativos.
Comenzó a fabricarse en otras ciudades, como Talavera de la Reina y Barcelona. El comercio estaba en manos de mercaderes locales, pero los artesanos moros que se habían marchado de Andalucía para poder vivir y trabajar en el próspero y pacífico reino cristiano, hicieron que la continuación fuera posible. El número de fabricantes aumentó pues el trabajo se hacía no solo para las familias ricas, sino también para mercaderes, ciudadanos, comunidades religiosas y se exportaba al Mediterráneo y los Países Bajos. Debido a esta expansión las tradiciones decorativas moras fueron cambiando paulatinamente a motivos cristianos. La vieja mercancía de oro rojo cambiaba gradualmente debido al incremento de producción y al descenso del precio de los materiales; los colores se podían fabricar sin necesidad de metales preciosos. Los platos, potes, azulejos para paredes, pavimentos y techos ya se estaban haciendo con el color azul, que era predominante y muy popular.

Los azulejos de iglesias y casas privadas mostraban ya con imágenes figurativas, y se estaba transformando en un método ilustrativo de información para el público mayoritariamente poco ilustrado. Las decoraciones en las paredes de las iglesias mostraban historias bíblicas, los tarros farmacéuticos estaban decorados de plantas con sus nombres en latín, se mostraban asimismo artistas y trabajadores haciendo sus oficios diarios. Otros azulejos mostraban el proceso de la producción de vino, pan, aceite y muchas otras especialidades.

En 1492 llegó la Reconquista que transformó a los musulmanes en la minoría extranjera en España. En 1606 la Inquisición significó la desaparición absoluta de la población musulmana, lo que afectó a muchas familias que durante siglos se habían dedicado a la escultura, peletería, fundición, construcción, cerámica y muchos otros oficios, debido a lo cual y a la competencia de otros países la industria ceramista española se vio gravemente afectada.

El Método Mayólica comenzó a producirse en Italia bajo el nombre de Maiolica, ya que en italiano la “j” no existe. Al inicio estuvo muy influenciado por el estilo valenciano, el fondo blanco, figuras de animales y bordes, pero no tardó en modificarse este estilo, comenzando a crear preciosos y diferentes diseños y colores. Usaban un fondo oscuro y los colores de una forma más sutil consiguiendo perfeccionar sus obras, que contrastaban con las pinceladas más libres usadas por los españoles. En el siglo XVI se extendió a otras partes de Europa: Holanda, donde se conocía como Delft, en Francia como Fayenza y a Inglaterra en el siglo XVII donde perduró durante unos ciento cincuenta años, se conocía bajo el nombre de Lambeth y actualmente se denomina Majolica.

España se vio afectada por el desastre de las guerras napoleónicas en el siglo XIX y el principio de la revolución industrial. En Inglaterra las transferencias se inventaron en 1750, al tiempo que otros países como Francia y Estados Unidos, usando el Método Mayólica, comenzaron a desarrollar los modos industriales de la producción en masa, fabricando jarros, platos, estatuas y azulejos. Esta industria se desarrolló en muchas partes de Inglaterra, la principal ciudad al respecto fue Stoke-on-Trent en Staffordshire.

La primera Feria Industrial del mundo tuvo lugar en Londres en 1851, con un gran éxito internacional en influyó sobre muchos oficios de forma industrial y artística, desarrollando nuevos diseños y métodos de trabajo. Esto duró hasta 1910 y en la actualidad cualquier pieza fabricada durante aquel tiempo se ha transformado en un trofeo para los coleccionistas. Lo curioso fue que en España, durante este periodo, el único gran comercio industrial de cerámica se inició usando los métodos y diseños clásicos en Talavera, en 1908, con el nombre Ruiz de Luna, que era su propietario. Pronto fue reconocido internacionalmente exportando a América y muchas otras partes del mundo. El negocio se cerró en 1951, pero la ciudad goza en la actualidad de un magnífico museo que muestra el trabajo de la empresa y la colección privada del dueño, recolectada durante toda su vida. Actualmente todas las fábricas son industriales y no como antes que daban trabajo a centenares de empleados que trabajaban a mano, afortunadamente todavía existe alguna empresa que sigue trabajando con el antiguo método clásico.